miércoles, 19 de agosto de 2009

Justicia divina

El pasado fin de semana tuvieron lugar las famosas barbacoas que se organizan en la playa de Cádiz capital, donde miles de personas organizadas en grupos familiares, de amigos, etc… se reúnen en torno a sus respectivas barbacoas a comer y beber tras la final del trofeo Carranza de fútbol. Esta fiesta se prolonga hasta altas horas de la madrugada e incluso hasta el amanecer.
Al día siguiente de esto, saltó la noticia de la muerte de un joven sevillano que participaba junto a un grupo de amigos en la mencionada movida de las barbacoas. En primer lugar todo parecía indicar que la muerte fue accidental y no habia sido motivada por ninguna pelea, cosa que a día de hoy y tras las investigaciones policiales oportunas, se ha confirmado. Según todos los indicios, la muerte fue provocada por una navaja u objeto similar que se clavó el mismo mientras charlaba con un amigo.
Pues bien, tras conocer la identidad del joven, se ha podido comprobar que es el mismo que la emprendió a muletazos en el derby Sevilla-Betis del año 2002 con un vigilante de seguridad, cosa que pudo ver toda España y posteriormente todo el mundo por recogerlo las cámaras de televisión. Yo recuerdo esas imágenes y recuerdo que todos quienes estábamos en mi casa en ese momento para ver el partido, nos sentimos indignados y asqueados ante semejante espectáculo. Unos energúmenos ensañados contra una persona que simplemente cumplía con su trabajo. Sinceramente en ese momento y cada vez que he visto o recordado las imágenes, le he deseado lo peor a ese individuo.
Ahora resulta que me entero que ha muerto y su muerte se la ha provocado él mismo, la verdad no le deseo mal a nadie, pero aunque sea duro, reconozco que es una muerte que no me apena, además me alegra que nadie tenga que pagar por ella al ser él mismo quien se la ha provocado.
También me entero que ha dejado 2 hijos, pues sinceramente pienso que esos hijos sin la “educación” y el ejemplo que les podía haber dado ese padre, seguro que crecerán mejor.

4 comentarios:

  1. Qué curioso Panfrito que este indivíduo sea aquel energúmeno de la muleta.Y qué pirado tenía que estar para provocarse él mismo la muerte.
    Lamentablemente para ser padre biológico no hace falta mucho y este tipo ha tenido dos críos que como bien dices y yo estoy segura, se librarán del emplo paterno. Ahora a ver si la madre no es de la misma calaña que el difunto y hace que esos niños crezcan en condiciones.
    Era normal que no terminara muy bien este ejemplar. Saludos.

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  2. Pues por lo visto, resulta que toda esta "desgracia" ha ocurrido porque el difunto, en un alarde de "valentía y hombría" quiso demostrar a sus amigos, también valientes y muy hombres, que era capaz de apuñalarse y no sentir dolor y soportarlo. Claro que no contaba con que las puñaladas dieran algunas en arterias vitales que sin que nadie lo notara, iban acabando con la vida de este ejemplar con antecedentes penales, no sólo en su época de menor.
    Bueno, este final era previsible, aunque no se podía saber que e´l iba a ser su propio verdugo.

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  3. no queres elegir tu blog para el concurso El Mejor Blog de 2009 --
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  4. Efectivamente, quien le iba a decir que de verdugo pasaría a ser verdugo y víctima al mismo tiempo.

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