jueves, 14 de noviembre de 2013

La guasa del "guasa"

¡Como añoro a aquellos camareros de antaño!, estaban siempre pendientes,  mirando hacia la barra y hacia la puerta, por si entraba un nuevo cliente o  alguno de los que estaban en la barra los reclamaban. No como ahora, entras en la mayoría de los bares, cervecerías, etc… y te encuentras a los camareros de espaldas a la barra, embobados con el móvil en la mano leyendo y contestando “guasas”, porque eso es lo que hay, mucha guasa con el “guasa”. Para que se percaten de tu presencia tienes que llamarlos varias veces y aún así hay momentos en los que no se enteran, porque están con todos los sentidos puestos en la pantallita del móvil. Dicen que vivimos en la era de la comunicación, pues yo opino que mas bien estamos en la época de la incomunicación, ahora para poder hablar con alguien que esté junto a ti, tienes que ponerle un “guasa” porque de lo contrario ni se entera que le estas diciendo algo. Debería estar prohibido el uso del móvil (a no ser casos de emergencia) en los centros de trabajo y especialmente en los que son de cara al público, muchas veces las colas se alargan porque quien tiene que atenderla pierde mucho tiempo con el móvil. Una duda muy grande que tengo es, esas personas que están todo el tiempo en el trabajo chateando con la mujer/marido, novio/novia,  amigo/amiga…. Cuando los ven al terminar la jornada ¿de que hablan? porque es evidente que todo lo que se tenían que contar o comentar, ya lo han hecho a través del móvil ¿no??????.

viernes, 4 de octubre de 2013

SEVILLA CIUDAD DE LA BICICLETA

Si efectivamente, Sevilla ciudad de la bicicleta, pero de la bicicleta con carrito detrás, de la bicicleta invadiendo zonas peatonales a toda velocidad arrollando peatones.... gracias Torrijos, gracias por hacer de Sevilla una ciudad para la libre circulación de Rumanos arrollando peatones con sus bicicletas con carritos de hipermercado adaptados a las mismas para cargar todo lo que rebuscan en los contenedores de basura dejando después toda la basura esparcida alrededor de estos, libre para la circulación de canis en bicicleta arrollando a todo peatón que se cruce en su camino, libre para la circulación de ciclistas prepotentes que se creen los amos de aceras, calzadas y pasos de peatones de los carriles bici (cuando circulan por ellos), porque donde hay un carril bici, mientras este está vacío, por la acera de enfrente van los ciclistas entre peatones, veladores, etc.... en fin, gracias Torrijos por hacer de Sevilla una ciudad donde los ciclistas se ven solo con derechos pero ninguna obligación.