viernes, 21 de septiembre de 2012

EL BURRO CATALÁN


Había una vez un viejo y cegato burro de carga llamado Josep, al cual sus amos hacían trabajar de sol a sol, solo por un poco de comida. Extenuado y lleno de llagas purulentas, pasaba los días amargado, y sin tiempo  siquiera para descansar. La avaricia de sus dueños era tal, que viendo las ganancias que tenían cada día con el trabajo de su pobre burro, le convencieron que tenía que trabajar dos horas más para recibir su exigua ración. Él, comentaba con otros burros en iguales condiciones que las suyas, lo que sus propietarios le imponían, y trataba de convencerlos que era lo correcto. Es decir: era un burro esclavo y se comportaba como tal, y al mismo tiempo se sentía muy orgulloso de serlo. Lo hacía entusiasmado, dándose mucha importancia. Mientras tanto, sus avaros y malvados dueños engordaban cada día un poco más, y cada día se hacían más ricos. Viendo lo tonto e ignorante que era su burro, compraron otros cuantos especímenes de la misma raza. Los hacían trabajar día y noche, mientras su hacienda iba creciendo y creciendo hasta límites insospechados. De repente un día uno de los burros mas viejos, se paró a pensar que aquella familia no era buena con ellos. Poco a poco su mente burril se dio cuenta que en realidad eran explotados y matados de hambre y de sed. Un día especialmente duro cuando cargaba sobre su lomo una descomunal piedra, le dijo al burro Josep. Mira chico: yo creo que nos están matando a trabajar. Deberíamos hacer alguna reivindicación laboral. ¿No te das cuenta que todo lo que ganan es para ellos sin mejorar nuestras condiciones de vida?. El burro Josep que era mas bien tonto además de pelota y chivato, fue con el cuento a sus amos creyendo que estos se lo agradecerían.
Le agradecieron el chivatazo con una pequeña zanahoria y le mandaron a seguir trabajando y espiando a sus compañeros. Mientras, los malvados explotadores de los burros, se reunieron muy preocupados y se dijeron, “estos burros son muy tontos pero se están empezando a dar cuenta que los estamos explotando, tenemos que hacer algo”. Entonces los avaros sinvergüenzas, Arturin, Jordi y Carod, después de mucho deliberar, se dieron cuenta que había que convencer a los burros que no eran burros, sino bellos caballos de raza. Que ellos eran superiores al resto de los cuadrúpedos del pais y que su forma de rebuznar era diferente. Que sus llagas y heridas no eran tal, que sus miserables vidas eran en realidad maravillosas, y así sucesivamente. Se pusieron manos a la obra y no contentos con lavarles su pequeño cerebro, empezaron a culpar de todos sus males a los habitantes de otras regiones vecinas. Lo hicieron tan a conciencia que se inventaron una historia en la cual ellos eran los héroes, y todos los demás los villanos. Y ahí siguen: los burros mas burros que nunca, aun cuando ellos piensan que son caballos, odiando a sus vecinos sin ningún motivo, lloriqueando todo el día como viejas plañideras y creyéndose superiores a todo bicho viviente. Mientras los amos se ríen a mandíbula batiente, comen y engordan cada día mas y ahítos de poder y dinero, que se llevan descaradamente a paraísos fiscales conocidos, manipulan a la población de burros que cada día son un poquito mas acémilas.

Conclusión:  No se puede sacar nada de una cabeza vacía.
Dedicado a todos los cabezas huecas que creen que por nacer en algún lugar determinado, son superiores al resto de los mortales.

P.D.: CON TODOS MIS RESPETOS HACIA LOS BURROS

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