La verdadera historia del hombre

En el principio Dios creó al asno y le dijo:
Serás asno, trabajarás incansablemente de sol a sol, cargarás bultos
sobre tu lomo, comerás hierbas, no tendras inteligencia alguna
y vivirás 30 años, a lo que el asno respondió:
Trabajaré sin descanso de sol a sol
cargaré bultos y comeré hierbas, pero
vivir 30 años, Señor, es demasiado.
Dame solo 10 años.
Y Dios le dio sólo 10 años
Luego Dios creó al perro y le dijo:
Serás perro, cuidarás de la casa del hombre, que será tu amo, serás su mejor amigo,
comerás lo que él te dé, y vivirás 20 años.
A lo que el perro respondió:
Cuidaré la casa de mi amo, seré su mejor amigo y comeré lo que él me dé, pero
vivir 20 años, Señor es demasiado, dame solo 10 años.
Y Dios le dió sólo 10 años.
Mas tarde, Dios creó al mono y le dijo:
Serás mono, saltarás de rama en rama y de copa en copa, serás divertido haciendo
payasadas simpáticas y vivirás 20 años.
Y el mono le respondió:
Saltaré de rama en rama y de copa en copa, y haré payasadas
simpáticas, pero vivir 20 años, es demasiado Señor, dame sólo
10 años.
Y Dios le dió sólo 10 años.
Luego Dios creó al hombre y le dijo:
Serás hombre, el único ser racional sobre la tierra,
usarás tu inteligencia para sobreponerte a los demás seres
de la naturaleza, dominarás el mundo y vivirás 30 años.
Y el hombre le respondió:
Seré hombre, y el más inteligente entre los seres de la creación,
dominaré al mundo, pero vivir solamente 30 años es poco, Señor,
dame los años que rechazó el asno, los que el perro no aceptó,
y los que el simio no quiso.
Y Dios en su infinita bondad, le concedió su pedido.
Es por eso que nosotros, los hombres, vivimos 30 años como hombres, nos casamos y vivimos 20 años como asnos, trabajando sin descanso, cargando problemas y responsabilidades sobre nuestra espalda, luego la jubilación y vivimos 10 años como perros, cuidando la casa y comiendo lo que nos dan y cuando llegamos a ancianos, vivimos 10 años como los monos, saltando de la casa de un hijo a la casa de otro
y haciendo payasadas para divertir a los nietos.